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La Inscripción de La Veguina

 

   En 1884 se encontró un epígrafe grabado en una piedra cuya inscripción, con algunos caracteres griegos y otros que pudieran ser íberos, no pudo ser descifrada. Ciriaco Miguel Vigil habla de este epígrafe en su obra de 1887 La Asturias Monumental, siendo también citado por Emilio Hübner  en Inscripciones Ibéricas de Asturias de 1897 en la que escribe:

“En La Veguiña, pueblo del concejo de Tapia, parroquia de Serantes, dos leguas[1] próximamente de Tapia, existía en la casa solariega de Doña Rosa Cancio, puesta de solera en la ventana de la cocina, una piedra de granito del país alta de 0,28 m. y ancha de 0,38 m, con letras altas de 0,06 m. profundas y toscamente grabadas sobre rayas corridas.”

 

  Esta piedra, según Hübner, fue vista en la casa solariega de los Cancio por el erudito luarqués Alejandrino Menéndez en 1889, llevándosela este a su casa donde permaneció durante años. Tras el fallecimiento de Menéndez, su viuda  nunca dejó que se hiciese uso de las cosas de su marido por un antojo mujeril,  según palabras del propio Hübner, esto hizo imposible estudiar el epígrafe más a fondo y fotografiarlo.  La piedra debió regresar con el tiempo a La Veguina ya que Marcelino Cancio-Donlebún, actual propietario del palacio la recuerda en el sótano de su residencia y su posterior cesión, por parte de su padre, al Museo Arqueológico de Asturias, sin embargo yo he visitado varias veces el museo y nunca la he visto en la exposición. He preguntado por el grabado en varias ocasiones, por si estuviese en los almacenes y recientemente me han contestado que no se encuentra en su inventario por lo que podemos afirmar que actualmente está desaparecida. 
En la imagen se reproduce un calco de la inscripción realizado por Alejandrino Menéndez.

Lámina de "Asturias Monumental, epigráfica y diplomática" de Ciriaco Miguel Vigil, 1.887

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